Se usa de forma picarona para invitar a alguien a vivir una experiencia sabrosa, curiosa o medio traviesa, como quien ofrece una salteña bien jugosa y humeante. Puede ser literal, pero muchas veces va con doble sentido, según el tono y la confianza. Y hay que admitir que la metáfora culinaria le da un encanto bastante divertido.
"Che, esta noche hay fiesta en Sopocachi, buena cumbia y harto paceño. Caete y te hago probar la salteña, vas a ver que después no vas a querer volver temprano a tu casa."