Se usa cuando alguien deja clarito hasta dónde aguanta y a partir de dónde ya no pasa nada más. Es como decir que uno marca territorio y pone las reglas del juego, pero en versión coste cero y con mucha actitud. Sirve para discusiones, chismes de barrio y cualquier situación donde toque ponerse serio.
"Yo ya le pinté la raya a mi jefe con los mensajes en la noche, que me escriba en horario laboral o que le escriba a su abuela"