En Canarias se usa para hablar de un chaval joven, normalmente adolescente, que va en grupo con sus colegas dando vueltas por el barrio, el parque o la playa. No es necesariamente insulto, pero puede sonar un poco burlón, como decir mocoso o pibe chico. Depende del tono, puede ser cariñoso o de queja, y ahí está parte de la gracia.
"Mira pa’ allá, los perreques esos otra vez sentados en el muro con el altavoz a to’ trapo, como si la plaza fuera discoteca privada."