Se usa para describir a alguien súper pegado, que no se despega ni con espátula y anda detrás de ti todo el día. Es el típico pesado que se te cuelga como chicle en el pantalón y ya no hay forma elegante de quitártelo. Molesta, cansa y aun así ahí sigue, bien aferrado, como si le pagaran por estorbar.

"Desde que conoció al Chuy, ese vato anda de pegoste, se les ve juntos en el camión, en la plaza, en el antro y hasta cuando la doña va por las tortillas"

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