Se dice cuando alguien se despierta tarde porque se ha quedado sobao más de la cuenta y no ha oído ni el despertador. Es como si las sábanas lo tuvieran secuestrado y no lo dejaran salir de la cama. Excusa clásica para llegar tarde a clase, al curro o a cualquier plan madrugador.
"Tía, te estábamos esperando en el bar desde las nueve y apareces a las once, di la verdad, que se te han pegao las sábanas y ni te has enterao del despertador"