Se usa para decir que alguien se está esforzando durísimo, trabajando a tope o matándose con algo, como si se partiera en dos del cansancio. Es muy de la jerga costeña y venezolana que se cuela por la frontera, y la verdad suena tan dramática que hasta da risa cuando la sueltas en medio del estrés.
"Hermano, llevo toda la semana partiéndome la locha con ese proyecto del trabajo, ya ni sé si tengo espalda o soy un acordeón mal doblado, chamo."