Se usa para hablar de laburar durísimo en el campo, a puro lomo y sin mucha vuelta. Es esa jornada eterna de sol a sol donde quedás hecho polvo, como si cada palada o cada pasada del arado fuera literalmente partir la tierra. Suena exagerado, pero cuando te toca, entendés que no es tan metáfora, y hasta tiene su épica.
"Mañana arrancamos a las cinco, hermano, porque hay que partir la tierra antes que salga el sol o nos achicharra vivos allá en el lote"