Expresión muy cántabra para decir que algo o alguien se ha perdido, ha desaparecido o ha acabado en un sitio raro del que ya no vuelve. Es como mandarlo a freír espárragos, pero versión norteña. Sirve tanto para cosas que se pierden como para planes que se van al garete, y la verdad es que suena bastante graciosa.
"Tía, dejé el bocata al lado de la máquina del café, bajé a fumar un piti y cuando subí ya estaba pa'l cuévano, ni rastro del jamón."