Se usa para decirle a alguien que no se haga el inocente ni el ingenuo, como si fuera un agua de fresa bien dulce y transparente que cualquiera se toma de lo fácil que es. Es una forma medio burlona de avisar que no se trague cualquier cuento y que no finja que no entiende lo que está pasando. Y hay que admitir que suena bien sabrosa.

"Llegó el profe y todos bien serios fingiendo que habían estudiado, y yo nomás le dije al Juanito: No te hagas agua de fresa, si anoche estabas en la peda y ni abriste el cuaderno"

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