Se usa cuando alguien hace algo sin plan, sin mucha preparación y confiando en que todo saldrá bien por pura suerte o porque el universo se alineará. Es como lanzarse nomás, medio a lo loco, dejando las cosas en manos de Dios. Y hay que admitir que a veces esas locuras salen mejor que lo planeado.

"Nos subimos al primer bus que pasó, sin alojamiento ni nada reservado, y nos fuimos a la buena de Dios al sur; igual terminamos carreteando en la playa con unos cabros la raja."

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