En San Luis se usa muraleada para hablar de una charla larguísima y llena de detalles, donde la otra persona te cuenta todo con tanta precisión que parece que te está pintando un mural con palabras. Es cuando alguien se cuelga mal explicando algo y vos terminás sabiendo hasta el color de las baldosas. Y hay que admitir que a veces entretiene.

"Che, el Nico me pegó una muraleada sobre su viaje a Brasil que terminé sabiendo hasta qué olor tenía el repelente que se llevó en la valija."

Actividad gloriosa de ir a echar chisme mientras se pinta un mural en el barrio, mezclando creatividad, cotorreo y talento con las brochas. Es como terapia colectiva con pintura, risas, música a todo volumen y vecinos metiendo su cuchara. Acabas con las manos llenas de color y la cabeza llena de historias nuevas, lo cual está bastante chido.

"Ayer me aventé una muraleada con la banda, acabamos el mural bien perrón y de pilón me enteré de quién tronó con quién y quién ya anda estrenando novio en la colonia."

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