Se usa para hablar de esas veces en que todo pintaba para el desastre y, de la nada, todo sale bien como por arte de magia. Es como un mini milagro callejero, de esos que te salvan el pellejo cuando ya estabas resignado. La gente lo dice medio en broma, medio en serio, porque en el fondo todos queremos nuestra milagreta del día.

"Mano, llegué tarde al chamba, el jefe estaba de mal humor y justo se fue la luz en la oficina, ni cuenta se dio que caí tarde, fue una milagreta total"

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