En Boyacá se usa para hablar de alguien que presume sin pudor de cualquier logro, por chiquito que sea, como si le hubieran dado una medalla de oro. Es el típico que cuenta la misma hazaña mil veces y cada vez la agranda más. A veces hace gracia, pero también dan ganas de decirle que ya, que baje dos cambios.
"Ganó un partidito de tejo y desde ese día no deja de medallar en la tienda, dizque el rey del bocín y que lo van a llamar de la selección de Boyacá."