Se usa para decir que algo es eterno, que no se acaba nunca y te tiene ahí pegado como alma en pena haciendo fila. Es una forma bien pintoresca de quejarse de lo lento que va todo. Y seamos sinceros, si una culebra suspirara, seguro también se demoraría un mundo en hacerlo.
"Hermano, la fila del Registro Civil está más larga que suspiro de culebra, llevo dos horas parado y ni se mueve la cuestión"