En Entre Ríos se dice mandarse una polenta cuando alguien hace algo muy loco, exagerado o totalmente fuera de control, casi siempre en joda y con desparpajo. Puede ser una fiesta desmadrada, una compra absurda o una decisión impulsiva que después capaz ni se acuerda bien. Es como mandarse cualquiera, pero con sello bien entrerriano.
"Nos juntamos a tomar unos mates tranqui y al final nos mandamos una polenta, terminamos en el río a las cinco de la mañana cantando cumbia con los pescadores."