En Moquegua se dice echarse un castillo cuando te tiras a dormir una siesta que se va de las manos. Empiezas pensando que solo vas a cerrar los ojos un ratito y terminas roncando como si no hubiera mañana. Es esa dormida traicionera después de comer que te deja medio zombi pero bien contento.
"Hermano, dije que iba a ver un capítulo nomás después del almuerzo y terminé echándome un castillo, desperté cuando ya estaba anocheciendo y mi vieja renegando porque no ayudé en nada."
Expresión graciosa para hablar de una siesta tan seria que parece que te mudas a vivir a un castillo y cierras el puente levadizo. Es dormir a lo grande, con desconexión total y cero remordimientos. Muy de después de un buen plato de comida, cuando el sofá te mira y tú ya sabes que vas a caer redondo.
"Ni me llaméis esta tarde, que después del puchero me voy a echar un castillo en el sofá y no me levanta ni el repartidor tocando al timbre como un poseso"