Se usa en Nayarit para decir que a alguien lo mandan a hacer un encargo bien tedioso, medio inútil o de plano para quitárselo de encima. Es como mandarlo por un tubo, pero con sabor costeño y un toque de burla. A veces también suena a castigo suave, de esos que dan risa más que miedo, pero igual te traen de mandadero.

"El vato llegó crudo a la chamba y se quiso hacer el muy salsa, así que el jefe se enchiló y lo mandó al hornero a estar dando vueltas por toda la oficina buscando un café que ni existía"

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