Se usa para hablar de alguien que por fuera se ve calmado, hasta sonriente, pero por dentro está bien ácido, enchilado o lleno de coraje. Como el limón en los tacos, que parece inocente pero te remata el sabor. Es una forma muy de la banda para decir que alguien está guardando el enojo y se lo está tragando solito.
"Según él no le molestó que ascendieran al otro, pero traía la mirada perdida, la quijada bien apretada y estaba calladito, bien limón en tacos todo el día en la oficina."