Se dice cuando alguien está harto de algo o se siente muy cansado mentalmente.
"¡Ñero, estoy mamao de tanto estudiar y no entender ni papa para el parcial!"
Se dice cuando estás completamente agotado, como después de un día muy pesado donde hasta sentarse en una hamaca parece un esfuerzo.
"Después de subir esas lomas con este calor, estoy mamao. Solo quiero una limonada bien fría y tirarme en la cama."