Se usa para hablar de un chaval joven, inexperto y algo presumido, que va de listo pero en realidad está más verde que una lechuga. Suele ser el típico que se arregla mucho, presume de todo y luego no controla casi nada. Es una palabra viejuna, pero tiene su encanto y sigue sirviendo para vacilar con cariño.
"Mira al lechuguino ese con el traje planchao y la gomina, diciendo que en dos días levanta la empresa, si ayer no sabía ni dónde estaba la fotocopiadora"