Se usa con tono bien sarcástico cuando algo sale mal, decepciona o es un desastre, pero en vez de quejarte en serio tirás esta frase y listo. Es como decir qué pena pero con mala leche y un toque de burla. En Tucumán se usa mucho para rematar chismes, cagadas ajenas y situaciones medio patéticas.
"El vago se hacía el ganador, subió la historia con la novia y a los dos días lo dejaron en visto para siempre. Lástima, eh"