Expresión muy nariñense de sorpresa o disgusto, como cuando algo te sale al revés o te agarra fuera de base. Es parecida a decir carajo o miércoles, pero más suave y hasta un poco chistosa. Sirve tanto cuando algo se daña, cuando te asustan o cuando ves una metida de pata monumental. Y hay que admitir que suena bien sabroso.
"Parce, vi el recibo de la luz y casi me desmayo, ¡las hijas!, con esa plata me iba de paseo a Pasto todo el fincho."