Se usa para decir que alguien va muy a su bola, encerrado en su propio mundo, como si llevara la txapela calada hasta las cejas y nada más existiera. Pasa de lo que digan los demás y sigue su plan sin mirar atrás. A veces mola esa actitud, pero otras dan ganas de darle un toque de realidad.
"Déjale, hoy Jon va con txapela total, ni ha mirado el grupo de WhatsApp y se ha pirado al monte sin avisar a nadie"