Se usa para decir que algo está bien culero, de pésimo gusto o que da un chingo de asco, como el olor que sale de la coladera en plena lluvia. Puede ser la ropa, una actitud, un chisme o hasta una relación tóxica. No siempre va de olor literal, a veces solo es para tirar carrilla con saña pero con risa.
"Güey, ya deja a ese vato tóxico, esa relación ya huele a caño, nomás te trae llorando cada fin de semana"