Quedar en la calle, un parque o la playa con la peña para beber lo que cada uno trae y montar la previa sin pagar un riñón en un bar. Suele ser plan barato, ruidoso y un poco caótico, con garrafón y vasos de plástico. No es fino, pero a veces se lo pasa uno de lujo.
"Este finde hacemos botellón en la playa, que en el chiringuito te clavan. Tú trae hielo y vasos, que yo llevo la mezcla y un altavoz medio reventado."