Se usa para decir que alguien habla sin parar, que no se calla ni debajo del agua, incluso en un lugar frío y ventoso donde cualquiera estaría en silencio guardando energía. Es como mezclar la típica frase de hablar hasta por los codos con la idea de estar en el fin del mundo. Y hay que admitir que la imagen tiene bastante gracia.
"Che, Sofi, aflojá un poco, estás hablando hasta por los codos al sur del viento, ni el viento fueguino mete tanta cháchara como vos después de tres termos de mate."