En Honduras se usa para referirse a un chavo joven, casi siempre con la idea de que está guapo o que llama la atención. Es como decir que es un muchacho atractivo, medio galán del barrio. Suena muy de calle y muchas veces se usa con un toque de envidia cariñosa, porque el güiro liga bastante.
"Mirá ese güiro, ni trabaja ni estudia y aun así trae detrás a medio barrio, hasta la vecina casada anda suspirando por él."
En Táchira, un güiro es ese personaje que vive con carpeta en mano, cara de estrés y paso apurado, pero siempre tiene huequito para el cafecito y el chisme. Parece ocupado a morir, aunque a veces trabaja menos que el aire acondicionado del trolebús. Y hay que admitir que tiene su arte para aparentar jornada completa.
"Mirá, ahí va el José otra vez con la carpeta bajo el brazo y el celular en la oreja. Ese güiro no hace ni medio informe, pero para el café de las once y el cuento largo es el primero en aparecer."