Se dice para soltar, con retranca, que alguien va guapísimo, de esos que entran en el bar y sube la temperatura. La gracia está en compararlo con el pastel de cabracho, que está de muerte y es muy del norte. Es un piropo con humor, perfecto para vacilar a un colega sin ponerte cursi.
"¿Viste a Javi ayer? Iba guapo como un pastel de cabracho, y eso que venía de chigre con dos culines encima."