Se usa para decir que alguien está súper relajado, blandito, sin estrés y con cero ganas de complicarse la vida. Todo le resbala, nada le afecta y va por ahí como si flotara en una nube de calma. A veces suena a envidia sana, porque quién no quisiera estar así de mantequilla un lunes por la mañana.
"Desde que le cayó ese billetón en la lotería, Martín anda de mantequilla, llega tarde a la chamba, se pide su cevichito tranquilo y ni se acuerda del jefe tóxico."