Se usa para decir que alguien va arregladísimo, con tanta pinta de elegante que roza lo exagerado. Es el típico que se pone traje para ir a por el pan o a ver un partido en el barrio. No es insulto, pero sí un vacile cariñoso, como diciendo que se ha pasado tres pueblos con el modelito.
"Pedro apareció al partidillo de los jueves con traje, gomina y zapatos brillando. Le vimos entrar y uno saltó: Pero bueno, Pedro, vas fino filipino, ¿vienes a jugar o a casarte?"