Cuando ya te da lo mismo algo y decides no preocuparte más, porque para qué amargarse a estas alturas.

"¿No tienes plata pa’l carrete? Filo, nos vamos nomás con las ganas de bailar."

En Falcón, filo es esa hambre salvaje que te ataca de repente, sobre todo después de rumbear duro o de pasar muchas horas sin probar bocado. No es solo tener hambre, es sentir el estómago pegado a la espalda y andar pensando en comida todo el rato. Es tan común que casi todo el mundo la usa sin pensarlo.

"Chamo, anoche salimos de la rumba a las cinco y yo tenía un filo tan bravo que me bajé tres arepas, dos empanadas y todavía estaba viendo el menú con cariño."

Sentimiento de hambre voraz que te hace devorar lo que se cruce en tu camino. No es solo tener ganas de comer, es estar a punto de morder una mesa.

"Chamo, tengo un filo tan bravo que me comería hasta el pan duro del viernes."

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