Se usa para decir que alguien o algo está muy feo, pero feo con ganas, comparándolo con el zopilote, ese ave carroñera que ronda los campos y basureros. Es una forma muy morelense de remarcar lo desagradable de la apariencia, aunque a veces se dice con cariño burlón entre cuates. Eso sí, mejor no usarla con gente muy sensible.
"No manches, compa, ese corte de cabello que te hicieron quedó feo como el zopilote, parece que te peleaste con la licuadora y perdiste bien gacho."