Se usa cuando alguien se pone dramático y exagera cualquier achaque mínimo como si estuviera al borde de la muerte. Es ese colega que con un simple dolor de cabeza ya se despide de todos y pide testamento. Sirve para bajarle el humo a la gente que arma tragedias por cosas bien pequeñas, aunque a veces da hasta risa.
"Hermano, a Juan le picó un zancudo y ya anda diciendo que está para el hospital, que avisen a su familia y todo el show, qué exagerado ese pata."