En Boyacá se usa para hablar de una siesta brava, de esas que te tumban después del almuerzo y no te despierta ni la banda del pueblo. Es como desconectarse del mundo un rato, barriga llena, sueño asegurado. Suena inocente con lo del café, pero en realidad es puro descanso criminal, y la verdad es que provoca envidia.
"Hermano, ese mute estaba muy bueno, vea cómo quedó mi papá, se fue a calar café y ni con la novela a todo volumen se despierta el man."