Se dice cuando alguien está llenísimo de comer, empachado perdido, o cuando está gordito y redondito, como un níspero bien maduro a punto de caerse del árbol. Es muy de abuela sevillana después de un buen atracón familiar, y hay que admitir que la imagen es tan gráfica que da hasta hambre.
"Niña, quítame ya el plato de croquetas, que como me coma otra me planto como tu primo Manolo en Navidad, hecho un níspero y tirado en el sofá viendo el especial de Canal Sur."