Se usa cuando estás pelado de guita, con la billetera agonizando y la cuenta bancaria pidiendo auxilio. Es como cuando el auto marca que está en reserva y sabés que a la próxima frenada te quedás tirado. Básicamente, estás sobreviviendo con las últimas monedas y esperando un milagro para llegar a fin de mes.
"Amigo, ni me hables de salir, estoy en la reserva mal, ayer cargué la SUBE con monedas y hoy almorcé mate cocido con galletitas rotas del súper"