Se usa de forma cariñosa para hablar de alguien muy ingenuo, medio pendejito pero de buen corazón, que parece vivir en su propio mundo rosado. Es esa persona que no se entera de las maldades, se cree todo y anda como flotando. A veces desespera, pero también da ternura, porque uno sabe que no tiene ni una mala intención.

"Vale, le contaron el chisme al revés y el pelangelito salió a defender al culpable. Ese carajito es tan inocente que si le dices que va a llover billetes, saca el tobo pa’ recogerlos."

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