Se usa cuando alguien está terco a niveles épicos, tipo modo mula total, que no afloja ni aunque le caiga un rayo al lado. Es esa persona que se emperra con una idea y no hay argumento, mate ni empanada tucumana que lo haga cambiar de opinión. Y hay que admitir que a veces da risa de lo cabezón que puede ser.
"Dejate de joder, Juan, estás de mula con ese auto, si ni lo usás. Prestámelo una vez por semana, che, que no te lo voy a chocar… creo."
Se usa para decir que alguien está sudando a chorros, como si hubiera estado cargando costales todo el día bajo el sol. Es ese sudor pegajoso de chamba dura, no de paseíto suave. La imagen es clara: quedas tan empapado como una mula de carga después de una jornada brava, y la gente se te ríe pero con cariño.
"Hermano, después de subir ese cerro con la caja de chelas al hombro, he llegado a la casa pero de mula, mi polo parece trapo de chifa."