Se usa cuando alguien está a mil, con una energía tremenda y un entusiasmo que contagia a todo el mundo. Puede ser porque está bailando, hablando sin parar o tirando facha a lo loco. Es como decir que está prendidísimo, casi incendiando el ambiente de lo encendido que anda, y la verdad es que suena bastante épico.
"Ayer en la fiesta el Martín estaba de fuego, no paraba de bailar cumbia y cuarteto, parecía que se había tomado tres energizantes y un fernet sin respirar."