En Canarias se usa para decir que estás llenísimo de comida, a punto de reventar, con la barriga a tope y sin ganas de moverte. Es ese estado glorioso y peligroso después de repetir tres veces, cuando ya ni te entra el postre pero sigues picando pan. Y oye, tiene su encanto aunque luego no puedas ni abrocharte el pantalón.

"Pibe, entre las papas arrugadas, el gofio escaldado y el quesito asado, acabé como un padre, con la barriga dura y pidiendo sofá y siesta urgente."

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