Se usa para decir que alguien está muy fuerte, sano o en plena forma, como si fuera una fortaleza andante. También puede usarse para remarcar que alguien está muy bien físicamente o que aguanta lo que le echen. Es una expresión bastante castiza y la verdad es que suena potente y un poco exagerada, que es parte de su gracia.
"Desde que va al gimnasio y dejó el tabaco, el abuelo está como un castillo y nos da una paliza a todos subiendo las escaleras sin ascensor"