Expresión asturiana para decir que estás reventado, sin fuerzas, como si te hubieran pasado por encima tres autobuses y un tractor. Se usa cuando el cuerpo ya no da más de sí y solo quieres sofá, manta y desaparecer del mapa un rato. Es de esas frases que suenan a abuela sabia y a cansancio del bueno.
"Entre currar en la obra, subir la compra sin ascensor y aguantar al jefe, llego a casa que estoy a ventolín, ni pa una sidrina me quedan fuerzas."