Se usa para hablar de ese estado de descanso profundo y sabroso, cuando quedas tirado sin preocupaciones y el mundo puede caerse que tú ni te inmutas. Muy típico después de comer pesado o de una jornada larga en el campo. Es como entrar en modo hibernación costeña, y la verdad es que provoca pura envidia verlo.

"Parce, después de esa frijolada donde mi tía y el paseo al río, quedé en la hamaca en puro estabezón, roncando tan duro que ni la música a todo volumen del vecino me movió un pelo"

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