Se usa para llamar de forma medio cariñosa medio burlesca a alguien muy torpe o despistado, que siempre acaba liándola sin mala intención. Es esa persona que tropieza con el bordillo, pierde las llaves y manda el audio al grupo que no era. No es un insulto grave, pero deja claro que el colega es un buen desastre andante.
"Mira al Manolo, que es un escalatrán de libro, salió de casa con el pijama puesto, las gafas en la nevera y aún pregunta por qué se ríe todo el barrio."