Se usa cuando alguien se lanza sin miedo a darse un banquete de cachapas, comiendo con ganas y cero remordimientos. Es como decir que te rendiste ante la tentación del maíz, la mantequilla y el queso, y te pusiste a comer sabroso hasta quedar reventado. Y honestamente, cuesta culpar a alguien por eso.
"Hermano, ayer en la feria me entregué a la cachapa, me bajé seis con queso de mano y cochino frito y todavía quería pedir otra pa’ rematar"