Apodo cariñoso para el colega que nunca se queda quieto, siempre anda rebotando de un lado a otro como si estuviera enchufado a 220. Mezcla ternura con un poco de cansancio, porque el pana es más hiperactivo que recreo de primaria. Ideal para ese amigo que no se sienta ni cuando hay comida, pero igual se le quiere un montón.
"El Chato no se está quieto ni cuando llueve, parece electroncito con café, ya dio tres vueltas a la plaza y recién son las ocho de la mañana."