En el Estado de México echarse una torta es tirarse un buen madrazo contra el piso o darse un golpe fuerte por andar distraído. Se usa mucho cuando alguien se cae de forma medio chistosa y todos se ríen primero y ya luego preguntan si está bien. Es de esas frases que duelen pero hacen gracia.
"Iba bien chido en la patineta, según yo bien pro, y en la primera bajadita me eché una torta que hasta el perro del vecino se quedó viendo con cara de qué oso"