Se usa para hablar de una siesta corta, de esas que te tiras después del almuerzo para recargar baterías y no quedar todo embolatado en la tarde. No es dormir toda la tarde como un oso, es más bien un sueñito rápido pero bien sabroso. Y la verdad, cuando pega el sopor después del mute, se siente casi obligatorio.
"Uy, quedé re lleno con ese mute santandereano, voy a echarme una perrita de veinte minuticos y ya quedo listo pa’ seguir dándole a la vuelta."