Se usa en Guerrero para decir que alguien se va a armar una buena fiesta, con todo el entusiasmo y antojo con el que uno se sirve un plato de pozole bien calientito. Es como anunciar que la reunión va a estar sabrosa, larga y con harta convivencia. Y la neta, solo de oírlo ya dan ganas de caerle.
"Ya quedó, mañana nos echamos un pozolazo en la casa de mi tía en Chilpancingo, va a haber pozole, chelas, cotorreo y hasta el vecino chismoso va a caer."