En Caldas se usa para decir que alguien se mete con toda en algo, que le pone ganas, sudor y hasta ojeras a una tarea. Es trabajar duro, con intensidad casi obsesiva, como si estuviera echando leña a un fogón para que no se apague nunca. Y hay que admitir que suena bien dramática y sabrosa.
"Parce, este semestre me eché tanta la leña estudiando que hasta el profe terminó preguntándome cómo era que se hacía su propio parcial"